lunes, 28 de noviembre de 2011

Terapia Integrativa.

Acercándose al contacto con uno mismo.

A la hora de acceder a un tratamiento terapéutico pueden surgir una serie de interrogantes. La pregunta inicial que uno podría formularse es: ¿Cómo puedo acceder a tomar una terapia?, ¿Qué es lo que realmente necesito?, ¿Existe alguien que me pueda orientar?, ¿Por cuál tratamiento he de empezar?, ¿Todos los tratamientos sirven a mi problema?, etc…

Dentro del rubro de las terapias naturales existe un sin fin de posibilidades que se pueden explorar y vivenciar. Más allá de las estructuras, el papel del terapeuta juega un tremendo rol que puede definir si el tratamiento será del todo efectivo o no. Se hace necesario que la persona que se desempeña en su rol de terapeuta genere la confianza necesaria para poder empezar el: “trabajo consigo mismo”. De este modo, el paciente que accede al tratamiento, tiene la seguridad que ha escogido el camino adecuado para iniciar su proceso curativo.

Todos nosotros debemos contar con la información necesaria antes de iniciar un camino. Más aún si se trata de un proceso que involucra el restablecimiento de nuestro equilibrio perdido. La guía de un profesional que me permita conocer mis excesos y mis debilidades. Se une a nuestro “impulso inicial” que dará las bases para producir el resultado esperado.

Vivimos en tiempos un tanto distorsionados. Y cada vez más existen personas que quieren profundizar en diversas áreas que incluyen: salud natural, vida saludable, paz mental y espiritual, pero principalmente sentirse “autorrealizadas” en su vida personal. Es por ello que la guía que cada uno de nosotros pudiera obtener para lograr la realización de alguna de estas áreas es vital. Y si de algún modo la terapia reporta beneficios a esta u otra esfera de realización, entonces podemos decir que habremos escogido bien.

Quienes se interesan por avanzar se dan cuenta que el camino es siempre infinito y hacia adentro. Tomando en consideración que nos modificamos constantemente. Se hace necesario reflexionar sobre el logro de los propósitos individuales, nuestros sueños y nuestras metas. Cuando yo me siento bien conmigo mismo, quienes me rodean se benefician de mi bienestar. Razón por la cual, mi curación influye sobre mi entorno familiar o social. De este modo generamos la energía necesaria para impulsar a otros a que trabajen en ellos mismos.

De algún modo u otro, terapeuta y paciente se unen en un ámbito que va más allá de una estructura. En una dimensión que fortalece nuestro impulso inicial, nuestra voluntad, nuestras ganas de crecer. Quizás se hace necesario mirar a aquellas culturas que no están tan alejadas de este camino, culturas que a través del ejemplo nos muestran lo hermoso de vivir en sintonía con la naturaleza.

Se hace necesario y se vuelve un deber recuperar el equilibrio perdido. Avanzar más allá de nuestras propias limitaciones y poder así volver a maravillarnos con todo el potencial que tenemos en nuestro interior, para poder alcanzar los frutos de la realización y del gozo que son propios del “estar” y “sentirse bien”.

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