lunes, 24 de mayo de 2010

Ya he estado aquí, muchas veces.


Yo pensaba que la capacidad de resolver conflictos y situaciones difíciles en mi vida había aumentado, hasta que en un cierto momento me volvía a encontrar donde mismo. He tratado de detectar cual es el momento en el cual me puedo volver receptivo a la capacidad de ejecutar el acto oportuno para disolver cualquier nudo que se este produciendo en mi vida. Quizás la raíz de gran parte del conflicto de no saber resolver se encuentra en que hemos ido perdiendo la capacidad para escuchar nuestras voces interiores. El llamado interno, nuestro eterno guía interior, la voz de la intuición que deambula dentro de nosotros esperando que le demos el espacio que se merece.

Nuestros hermanos y antepasados, aquellos indígenas y seres que eran parte de la tierra conocían aquella voz, vivían junto a ella y convivían con ella, cuesta pensar que ellos desarrollaran alguna tarea apartados de la eterna voz que guiaba cada paso. ¿Dónde quedaron aquellos dones?. Creo que es tremendamente posible volver a desarrollar espacios internos para así poder edificar este tremendo potencial dormido dentro de cada uno.

Por lo tanto, sería maravilloso poder aceptar una nueva visión del mundo moderno basado en plena comunión con los dictados nacidos desde su corazón. Aunque creo que es hacia allá donde nos dirigimos, todavía queda un espacio en el cual es necesario poder trabajar.

¿Cuantas veces nos dedicamos a trabajar sobre nuestras verdaderas potencialidades?
Hemos ido perdiendo paulatinamente este aspecto de nosotros, nos hemos ido reduciendo a una cantidad de actividades que no hacen más que hacernos sentir que estamos incompletos. Trabajemos en áreas en las cuales podamos sentir que estamos llenos, plenos y completos para poder alcanzar el mayor estado de dicha y de gozo que se pueda experimentar, aquel estado de perfecta comunión con lo más elevado que mora en nuestro interior, espacio sagrado, silencio profundo, amistad divina, quietud en el ahora, esencia.

domingo, 23 de mayo de 2010

Impulsos de cambio.

Tratando de encontrar el real movimiento de mis experiencias es que me dedico a reflexionar. Quizás en un cierto momento nos encontramos con toda la claridad para poder ser conscientes de los cambios que queremos realizar en nuestras vidas. En un momento lo sabemos, sabemos el rumbo que queremos darle a nuestros destinos, pero falta a veces algo, ese algo es el "impulso", impulso tan necesario a la hora de poner en acción nuestra pequeña y frágil voluntad.

¿Cómo podemos fortalecer aquel impulso de cambio?, impulso tan importante para moldear y darle forma a nuestras vidas. En ese impulso esta guardada la llave que nos abre la puerta a nuestra nueva dimensión, a nuestra verdadera naturaleza de auto realización. Sin ese impulso podríamos quedarnos en un estado inmóvil, viendo como la vida transcurre de la misma manera día tras día.

Me puedo inspirar al observar a aquellos quienes ese impulso fue realmente poderoso, aquellos de los cuales se escribe en los libros de historia o incluso de los cuales alguien elogia por ahí. Pero dentro de mi pequeño universo yo quisiera tener esa receta que me enseñase a modificarme en cada situación para así poder regenerarme y a su vez reencontrarme conmigo mismo.

¿Cuántas veces he deseado cambiar?. Creo que han sido muchísimas veces en las cuales he querido realizar cambios profundos dentro de mi y a mi alrededor, pasando desde las estructuras nocivas de pensamiento hasta llegar incluso a querer cambiar mis actitudes y tareas cotidianas.

Al parecer todos se ven como si nada sucediera, pero tengo claro que a todos nos sucede de modo similar, quizás a unos más y otros menos.Todos deseamos encauzar la energía de nuestras vidas para realizar aquellos cambios que nos den la tan anhelada tranquilidad y paz.

Deseo revisar aquellos episodios de mi vida en los cuales este impulso fue lo suficientemente grande para modificar aquellas cosas de mi que ya no quería que estuvieran más a mi lado. Quizás en alguna terapia me encontré en el vientre materno, no queriendo salir hacia afuera y aguardando el momento propicio para hacerlo pero siempre con el deseo de quedarme en el lugar "protegido". Ahora estoy como en aquel momento antes de nacer, sólo que esta vez depende más de mi que de otros el nacer hacia un nuevo momento de existencia, tanto en mis actitudes hacia la vida diaria como en mis actividades.

Creo que el aprendizaje de esta semana es simplemente realizar en su debido momento la "acción" y tener el coraje de realizarla sin cuestionamientos. Aunque esta de más decir que la verdadera fuente de inspiración para realizar cualquier tipo de cambio reside en el aliento de vida, en el eterno e infinito espíritu. Recurramos todos aquellos a quienes nos falta este gran impulso de cambio a ese divino espíritu para que se produzca aquella fuerza necesaria, capaz de mover montañas, capaz de mover incluso nuestra propia actitud.